Fallece Monseñor Gaspar Quintana, recordado por su compromiso social y amor por Andacollo y Atacama

La Iglesia Católica informó el fallecimiento de Monseñor Gaspar Quintana, obispo emérito de Copiapó, ocurrido durante la madrugada de este sábado 27 de diciembre, a los 89 años, en la Residencia Santo Cura de Ars, en la ciudad de Santiago.

Nacido en Santiago el 5 de octubre de 1936, Monseñor Quintana fue miembro de la Congregación de los Misioneros Claretianos. Su vida sacerdotal estuvo marcada por una sólida formación intelectual y espiritual: fue Doctor en Teología con especialización en Mariología, además de Licenciado en Pedagogía Musical por la Universidad de Chile, reflejando su profundo amor por el arte y la música. A ello se sumó su pasión por el deporte, titulándose incluso como entrenador de fútbol, formación que realizó bajo la guía del histórico técnico Fernando Riera.

Antes de ser nombrado obispo, colaboró estrechamente con Monseñor Fernando Ariztía en la organización de la Fiesta de Nuestra Señora de La Candelaria, dejando un legado cultural y espiritual invaluable para la región. Fue creador de la Misa Solemne con Canto a lo Divino, autor del “Trotecillo”, del Himno de la Virgen y de la oración a La Candelaria, textos y composiciones que hasta hoy acompañan la fe de miles de devotos.

Monseñor Gaspar Quintana fue nombrado Obispo de Copiapó el 26 de mayo de 2001 por el Papa Juan Pablo II, cargo que ejerció hasta el año 2014. Bajo su lema episcopal, se distinguió por ser un pastor cercano, sencillo y profundamente comprometido con los más humildes, además de un firme defensor de la justicia social. En especial, en el Valle del Huasco, se le recuerda por alzar la voz en defensa de la dignidad humana y el derecho al agua limpia.

Durante su ministerio, transformó la Catedral de Copiapó en un espacio abierto a la cultura, impulsando conciertos y encuentros artísticos, en los cuales él mismo participaba interpretando piezas musicales en el teclado, acercando la música a la comunidad.

Tras presentar su renuncia por edad ante el Papa Francisco en 2014, Monseñor Quintana solicitó regresar al Santuario de Andacollo, lugar profundamente significativo en su vida pastoral. Allí acompañó durante cinco años a peregrinos y fieles con sencillez, palabras de consuelo y esperanza. Anteriormente, ya había servido como párroco en la comuna entre los años 1990 y 1991.

En 2020 agradeció el cariño de la comunidad y se despidió de su misión pastoral en la zona. En una de sus reflexiones, destacó su profundo afecto por los habitantes de la comuna, señalando que se llevaba “un buen recuerdo de una comunidad sencilla, cordial y cercana”.

De trato afable y espíritu misionero, deja un profundo testimonio entre quienes lo conocieron, especialmente por su devoción a María de Andacollo, a quien cariñosamente llamaba “nuestra Chinita”.

En una de sus últimas reflexiones públicas, Monseñor Quintana llamó a vivir una fe comprometida, señalando que “pertenecemos a una Iglesia misionera desde el bautismo, llamados a transformar la sociedad, la familia y el mundo, especialmente en tiempos difíciles como los que vive Chile”.

La Diócesis de Copiapó informó que los detalles de sus exequias y Misa de despedida serán comunicados oportunamente a través de sus canales oficiales.